Además de mimos y apapachos, el bebé recién nacido requiere de muchísimos cuidados. Es que al hacer su primera aparición en este nuevo mundo, justo después de haber estado sometido a un complicado y estresante trabajo de parto, es tan frágil y vulnerable que sin duda requiere el 100% de atenciones.
Los cuidados hospitalarios son esenciales durante los primeros días; de lo contrario, la salud del pequeño podría verse afectada. De acuerdo a la Organización Mundial para la Salud (OMG), la atención postparto inapropiada es la principal causa de muerte de un lactante, la mayoría durante la primera semana de nacido.
Es por ello que para escapar de las estadísticas, el trabajo de muchas personas ha estado enfocado en garantizar una atención de calidad, pues, al fin y al cabo, el objetivo es proteger la integridad física y emocional de ese pequeño ser amado que ha llegado para alegrar nuestras vidas.
A continuación, algunas de las recomendaciones que se deben emplear justo después del trabajo de parto para garantizar al bebé el mayor bienestar y suma de felicidad posible. ¿Estás preparada?
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El corte del cordón umbilical es necesario:
Cortar el cordón umbilical es un paso indispensable. ¿La razón? Asegurar que el pequeño comience a respirar de forma independiente. Los especialistas recomiendan hacer el corte tres minutos después del nacimiento para poder optimizar los resultados.
El uso de herramientas esterilizadas es muy importante, ya que evita el riesgo de infecciones o cualquier otra enfermedad.
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Se debe garantizar la temperatura corporal:
Después de llegar al mundo, lo ideal sería poder secarlo con toallas calientes para mantener su temperatura corporal. Además, mientras lo limpian, el niño debe ser colocado en el abdomen o brazos de la madre.
Es fundamental que esté piel con piel, junto a su progenitora, porque además es una buena forma de iniciar el proceso de lactancia materna. Además, este primer acercamiento permite a ambos acostumbrarse el uno con el otro.
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Propiciar la lactancia feliz:
Las primeras horas postparto son cruciales en la vida del bebé. Es el momento ideal para iniciar el proceso de lactancia y garantizar una alimentación sana y adecuada al pequeño.
También es fundamental porque cada vez que el niño estimula el pezón reduce cualquier posibilidad de contracciones después de parir, sellando el útero y evitando hemorragias y otras complicaciones.
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Test de Apgar:
Es un procedimiento rutinario que todo neonatólogo debe practicar al bebé que acaba de nacer. La intención es verificar su vitalidad, a través de la evaluación de cinco valores que, para el momento, son vitales.
Son el tono muscular, esfuerzo respiratorio, frecuencia cardíaca, respuesta a los estímulos externos y coloración de la piel. Esta prueba se realiza al primer minuto de su nacimiento; luego, cinco minutos después.
No obstante, se requiere de la realización de un tercer test si el médico considera que el estado de salud del infante es de cuidado.
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Considerar medidas y peso:
Aunque es una práctica necesaria, en algunos centros difieren del momento ideal para llevarla a cabo.
Hay neonatos que prefieren hacer la evaluación de peso y medidas minutos después del nacimiento; sin embargo, hay quienes optan por esperar después del contacto piel con piel de la mamá.
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Vitamina k, ideal para prevenir males mayores:
¿Por qué la vitamina k es esencial para el niño después de llegar al mundo? Pues previene el llamado síndrome de hemorragia por falta de este compuesto que se administra vía intramuscular.
También es común aplicar un poco de pomada en los ojos para evitar que las bacterias contraídas durante el paso por el canal vaginal generen conjuntivitis.
Si has logrado quedar embarazada por primera vez, lo mejor es empaparse de información para conocer los procedimientos mediante los cuales podrás mantener a tu hijo sano y seguro después de nacer.